Tras un largo periodo de sequía, que se ha producido en gran parte de la Península Ibérica, los últimos días de marzo trajeron algo de lluvia a las Dehesas. La gestión del agua es uno de los principales retos de la ganadería extensiva, y en los últimos tiempos ha sido una de las principales limitaciones. La escasez exige un mayor control de la cantidad y la calidad del agua que se utiliza para el abrevadero del ganado, y para garantizar su disponibilidad para la biodiversidad.
Las principales causas de la degradación del agua en las granjas son la contaminación por arrastre de partículas, causada principalmente por la erosión, y el libre acceso de los animales a los puntos de agua. Para revertir este proceso es necesario aplicar medidas que reduzcan la erosión y eviten el acceso directo del ganado.
Esta es una de las 40 Medidas de Adaptación que se pueden encontrar en la
Plataforma de Apoyo a la Decisión para la Adaptación de la Dehesa al Cambio Climático, fruto del trabajo desarrollado en el Proyecto LIFE Montado-Adapt.